Instantánea en blanco y negro que recoge uno de los saltos del Red Bull Cliff Diving realizados desde el puente de La Salve
Blog, Imágenes que susurran

El hombre que cayó del cielo

¿Es un pájaro que atraviesa el firmamento entretejido de luces para lanzarse a la ría de Bilbao? ¿Es un ensueño que flota entre los volúmenes de titanio del Guggenheim? En cualquier caso nos encontramos ante la imagen perfecta, plasmada en una fotografía perfecta, sin un solo retoque, donde ese gran fotógrafo bilbaíno que es Enrique Moreno Esquibel consiguió engañar a la belleza y robarle ese mágico instante en que el deporte se introduce en la profunda dimensión del arte. Lo cierto es que ese vuelo infinito que parecía atravesar la línea imaginada de la realidad, le valió el primer Premio Nikon dedicado a la especialidad deportiva.

Y aquí está, explicando que la vida es sueño, un gran sueño expresado en imágenes y así entiende su propia existencia y así lo considera mientras el cielo de Bilbao se nos funde entre capas de niebla. “Todo empezó gracias a mi padre, recuerda ahora mientras tomamos un café entre las calles de su propia infancia. Mi padre era muy aficionado a la fotografía y desde que era un niño aprendí a vivir entre imágenes. Era un mundo que me subyugaba. Ya con quince años le acompañaba siempre en sus recorridos para sacar fotos y para mí suponía un sueño poder dedicarme a este trabajo. Así que ese sueño se ha convertido en realidad”. Y mientras hablamos me enseña la foto del hombre que cayó del cielo, acompañada por una frase de Charles Dickens que le ha podido servir de lema en la vida: “El hombre nunca sabe de lo que es capaz hasta que lo intenta”. Ahora sonríe. Sí, parece evidente que él ha sido capaz.

Estudió Imagen y sonido, publicidad y también experimentó la fascinación del cine. Empezó a trabajar en algunos cortometrajes pero llegó un momento en que se dio cuenta de que sin su máquina de fotos no podía vivir, así que decidió recorrer con ella a cuestas los intrincados caminos de la vida. “Empecé a trabajar con el grupo Correo, explica, y me metí de lleno en el mundo del teatro, de la ópera, de la música, pero de un modo increíble me buscaron ellos a mí. El teatro me llamó y yo lo único que hice fue escuchar su llamada. Ahora trabajo en el Teatro Arriaga, soy el fotógrafo oficial y en la ABAO, la Asociación Bilbaína de Amigos de la Ópera. Me encanta ese mundo de los camerinos, de la escena, todo lo que envuelve ese ambiente cultural”.

Le interesa de modo especial lo que no deja de ser una prueba de fuego para un fotógrafo como pueden ser los retratos. “Sí, la verdad es que me considero un buen retratista. Me interesa sobre todo buscar el alma, de modo especial en los retratos femeninos. También otro mundo que me atrae mucho es el de la moda y por supuesto la tauromaquia… los toros tienen muchísima fuerza”. Por otra parte ha tenido gran interés y éxito de crítica su exposición “Besos” que tuvo lugar en la Alhóndiga y que ha recorrido después distintos itinerarios artísticos. Se trata de besos urbanos sorprendidos entre el cemento de las calles y que descubren efusivos encuentros y apasionados romances. Besos que brotan con sorprendido realismo, incluso sobre patines, en distintas ciudades como Madrid, Bilbao o Amsterdam. Sin embargo su autor no está dispuesto a que el mundo se quede sin besos y piensa seguir adelante con este tema a pesar de que según afirma “resulta bastante complicado”.

Sin embargo de momento sigue disfrutando de su espléndido salto a la fama mientras recuerda aquella escenografía que todavía le conmueve. Los otros fotógrafos que se dedicaban al deporte buscaban la perfección del salto, explica. En cambio yo marqué mi propio escenario particular, como si me encontrara en el teatro, y me quedé quieto, quieto… esperando el salto. Supuso una conjunción de elementos. Allí se encontraban el riesgo del deporte, la perfección del arte y la belleza de una arquitectura de vanguardia.  Sin darme cuenta veía delante de mí el mundo de la empresa, el esfuerzo, el riesgo. Lo que ha sido Bilbao, lo que es y lo que podrá ser en el futuro”.

Y de pronto el salto, el hombre que vuela con precisión de pájaro y que queda atrapado en la perfecta dimensión de una imagen que se ha convertido en todo un símbolo.

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3 comentarios en “El hombre que cayó del cielo

  1. Rosa María Echeverría dijo:

    Precisamente cuando he salido a la calle se me cayó uno en la cabeza y me partió el paraguas. Si quieres te lo mando.

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