La vida no es un espacio inmóvil, un espacio transparente, donde solo los pájaros cruzan los firmamentos de nuestra propia realidad. Somos nosotros mismos los que diseñamos la dimensión de estos vuelos tan cercanos a los íntimos latidos que van configurando tic-tac-tic-tac cada uno de nuestros sueños. Es el reloj de la vida el que nos marca sus propios ritmos
Por eso cada nuevo año se convierte en un luminoso espejo donde podemos descubrir las oscuridades en la dimensión de nuestra propia personalidad. Allí surgen con la pasmosa claridad de la espuma de las olas la dimensión de nuestros defectos. ¿De qué manera puede transformarse nuestra cobardía en una serena aceptación de la realidad? ¿Por qué me preocupo tan sólo de mi propio mundo interior sin atreverme a estrechar las manos de tantas personas cercanas que navegan a la deriva de las mareas? ¿A qué se debe esa innata tendencia que me empuja a encerrarme en mi propia torre de marfil?
Los grandes personajes descubren en los cambios una esperanzada fuente de progreso. Para Charles Darwin “no es la especie más fuerte la que sobrevive, ni la más inteligente, sino la que responde mejor al cambio”. Pero también es cierto que las grandes transformaciones conservan la llave de su propio secreto, como señalaba Sócrates desde la percepción de su sabiduría. “El secreto del cambio está en no enfocar la energía tan solo en combatir lo viejo sino en construir lo nuevo”.
Bien es cierto que realizar un cambio en la propia vida asusta pero hay algo que asusta mucho más todavía y es el tener que lamentarnos más tarde de no haber sido capaces de hacerlo. De todos modos y como señalaba el presidente de Estados Unidos John Fitzgerald Kennedy “el cambio es ley de vida. Cualquiera que sólo mire al pasado o al presente se perderá el futuro”. En cualquier caso el Libro de los Proverbios mantiene el equilibrio en ese plano inclinado de nuestra propia existencia: “Hay muchos proyectos en el corazón del hombre pero sólo el plan de Dios se realiza”.
También nuestro blog se suma a la percepción de estos grandes personajes y nos unimos a esta filosofía tan positiva de los cambios. Cambiamos de orientación, de colaboradores y de jóvenes poetas y escritores. Como sabéis tenemos las puertas abiertas a vuestras sugerencias y planteamientos porque consideramos que los grandes proyectos se llevan siempre a cabo con las aportaciones de cada uno, es decir, de todos.