Pensamientos y sentimientos

El salto de la esperanza

Cada uno es cada uno. Se trata de un principio racional que fundamenta nuestra existencia. Bien es cierto que por el mundo se encuentran de vez en cuando una clase de seres humanos que permanecen firmemente anclados en la línea de la verticalidad pero en general la mayor parte de los mortales, entre los cuales me incluyo, avanzamos a saltos y a trompicones recorriendo ese amplio espacio que se sumerge entre las nubes de la euforia y la repentina inquietud de los abismos sorteando la línea fronteriza del abatimiento. Evidentemente no deja de ser una peligrosa frontera que extiende sus dominios entre los triunfos y los fracasos.

En este nuevo año cargado de expectativas que se funden en la elasticidad de los misterios nos llega a través de la provocación de los siglos los ecos vertiginosos de la sabiduría de Aristóteles, discípulo de Platón y maestro de Alejandro Magno que expresaba con profundo conocimiento esta gran verdad. ¿Qué es la esperanza? La esperanza es un sueño despierto.

Todos necesitamos soñar, abrirnos paso entre las grietas de cristal de la realidad y reírnos bastante no solo de nuestro pasado sino de la anónima proyección de nuestro futuro. Mark Twain señalaba que la raza humana tiene un arma verdaderamente eficaz y que se centra precisamente en el fenómeno de la risa. De hecho se puede considerar la risa como la distancia más corta entre dos personas, un aliado verdaderamente eficaz a la hora de tender puentes, de superar conflictos y de suturar heridas que permanecen abiertas en las profundidades del corazón. Sus efectos son muy superiores a las armas más modernas como puede ser el cañón de riel electromagnético cuyos proyectiles llegan a los 9.200 kms. de velocidad y de paso recorren cómodamente una distancia de 200 kms. En fin, una larga carcajada.

Ese salto de esperanza que se abre camino entre los enigmáticos abismos de nuestra propia vida cuenta también con un poderoso aliado que cada cual lo puede desarrollar sin necesidad de inmiscuirse en las estratégicas operaciones militares de la NASA. Se trata del optimismo que consigue importantes victorias en nuestras particulares batallas interiores. Para ese gran estratega que era Churchill la humanidad se instala en dos grandes equipos. Por un lado los optimistas, aquellos seres que ven una oportunidad en cada calamidad y por otra parte los pesimistas que descubren una calamidad en cada oportunidad.

Y ahora viene la pregunta que nos hace sumergirnos en la inquietud de la duda. ¿Dónde nos situamos? Mientras la esperanza se balancea en ese gran columpio de los sueños que constituye la geometría de nuestra existencia.

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